Para el post de hoy he elegido este artículo que me ha
llamado poderosamente la atención. Quizá una sociedad utópica? Lo parece,
aunque no es oro todo lo que reluce, verdad? Leed y opinad
"Hay en el Estado de Virginia (Estados Unidos) una pequeña
población, de quince ó diez y seis mil almas, llamada Saint-Georges, á la cual
podría citarse como modelo en todas las naciones del mundo. Y ahí van, en demostración de tal verdad,
algunos ejemplos elocuentísimos y que no han menester ser comentados.
Hay en la urbe varios cafés provistos de todas las
condiciones higiénicas, y en los que sa sirve al consumidor te, café, refrescos
de toda clase y hasta espirituosos, pero garantizados por su pureza y sometidos
á previo análisis. Cada consumidor no tiene derecho á pedir más que una copita,
estándoles severamente prohibido á los camareros y al dueño del establecimiento
el escanciar una segunda dosis á la misma persona. El ajenjo y demás aperitivos
ó llamados tales, son clasificados como productos intoxicantes y absolutamente
proscritos.
En los mismos establecimientos están prohibidos los
juegos, á excepción del ajedrez, las damas, el dominó y las carambolas. Todos los juegos de naipes, proscritos, como
los aperitivos, sin excepción. A los jugadores no les está tolerado arriesgar
más que el importe de lo que consumen; dinero, jamás.
Hay en la población un jefe de policía y dos subordinados,
y con estas tres personas queda asegurado el orden y reprimidos los desmanes de
la gente maleante. Verdad es que todos
los ciudadanos, desde los quince años en adelante, ejercen, cuando es preciso,
de policías voluntarios, pero es raro que se vean obligados á ello, dada la
gran escasez de malhechores que allí se nota, escasez motivada principalmente
por los procedimientos que con los picaros se emplean. Algún tiempo atrás, dos
individuos forasteros que habían llegado pocos días antes fingiéndose obreros sin trabajo,
atracaron e noche á un habitante que se retiraba á su domicilio. El atracado no
opuso resistencia; dejóse robar y luego llamó á la primera casa que tenía
delante y cuyos habitantes se levantaron al punto. Se les explicó el suceso;
pocos minutos después todos los vecinos de la calle estaban en pie, vestidos,
armados y emprendiendo una caza activa por toda la ciudad. A la media hora los
dos malandrines, apresados por un centenar de cazadores, recibían una paliza
descomunal y el siguiente aviso: «Si al amanecer se os encuentra todavía en
Saint-Georges, seréis ahorcados sin más tramitación que la que se necesita para
poner un nudo corredizo en torno del cuello.» Los dos picaros, con todo y
sentirse el cuerpo en extremo adolorido, se apresuraron á tomar las de
villadiego.
Y hace tiempo no se encuentra allí un ladrón ni para un remedio.
El comercio sangeorgiano goza merecida fama de
honradísimo y formal. Cierto es también que para ello se toman desde hace
muchos años todas las medidas necesarias, ejerciéndose por el público y por los
mismos comerciantes una severísima vigilancia, seguida de ejemplar castigo
contra los industriales poco escrupulosos.
El tendero que estafase a sus parroquianos en la calidad ó en la
cantidad de un artículo estaría seguro de verse sometido a un boicot que
le dejaría deshonrado y arruinado en poco tiempo. Otro tanto le pasaría al
comerciante que voluntariamente, de mala fé, faltase a sus compromisos
mercantiles ó no procediese con la más estricta escrupulosidad. El comerciante
a quien inmerecidos reveses ponen en situación precaria, puede contar con el auxilio de sus compañeros que se cotizan para salvarle
de la quiebra; pero el que procede dolosamente no se libra de un proceso ni del
consiguiente castigo. Como ejemplo de
ese criterio que debería seguirse en todas las poblaciones del mundo, cabe
citar el siguiente episodio, acontecido tres años ha.
Un individuo a quien nadie, o por lo menos muy pocas
personas conocían, fue a establecerse en Saint Georges, abriendo un comercio
que desde los primeros tiempos pareció prosperar. Una mañana se presentaron en
la lujosa tienda tres de loa principales comerciantes de la ciudad que dijeron
al dueño:
·
Nos consta por datos fehacientes que es usted el señor
X... quebrado por dos veces y en condiciones fraudulentas en tal y tal punto.
No pudiendo consentir que persona de semejantes antecedentes siga formando
parte del comercio de esta plaza, hemos venido para intimarle a usted cierre en
el término de ocho días y se vaya luego de aquí.
El requerido rehusó terminantemente acceder a la
pretensión, declarando que habiendo liquidado sus cuentas con la justicia y
firmado un convenio con sus antiguos acreedores, no reconocía a nadie la
facultad de meterse en su casa ni en sus negocios, y que, por consiguiente,
seguiría con su establecimiento abierto. Los tres delegados se retiraron sin
insistir; pero desde aquella misma noche circularon por toda la ciudad unas
hojas impresas y firmadas haciendo saber a todos los vecinos que el señor X.,
dueño de la tienda de la calle de... era un industrial que había quebrado por
dos veces fraudulentamente. Basto este
simple aviso para que inmediatamente el vacío; allí no entraba un alma.
A mayor abundamiento, los almacenistas del barrio
declararon al boicoteado tendero que pasados ocho días a contar desde entonces
se verían en el sensible caso de no venderle ningún artículo da primera
necesidad. Y aunque echando chispas, no tuvo el hombre más remedio que cerrar y
marcharse.
Si á los representantes de la justicia no les ocasiona
ningún trabajo el administrarla en punto á asuntos criminales, por falta de
delitos, tampoco tienen gran cosa que hacer tocante á asuntos civiles. Como no
sea en casos excepcionalísimos todas las divergencias se solventan recurriendo
los quejosos á la jurisdicción de árbitros y componedores. Funcionan con la
frecuencia necesaria quince ó veinte tribunales formados por los vecinos más
respetables y más competentes en las respectivas cuestiones que se somete á su
juicio, En las referente á la propiedad entienden y fallan siete propietarios
asesorados por dos letrados; en las mercantiles siete comerciantes; las
diferencias surgidas entre patronos y obreros, un tribunal mixto compuesto de
unos y de otros, presidido por un magistrado cuyo voto es, en caso de empate,
resolutorio y sin apelación. Y así sucesivamente en todos los asuntos entre
particulares. No se da casi nunca el caso de que un vecino de la población se
resista á someter sus agravios y sus derechos á la prudencia y decisión de uno»
jueces que además de inspirarse siempre en la equidad y el buen sentido,
administran siempre la justicia gratis. Inútil es casi añadir que para los
abogados y demás gente de curia es Saint-Georges un mercado desastroso.
Importa también hacer constar que en esa felicísima
población donde no se tropieza con ladrones, ni timadores, ni con tenderos que
estafan, ni con comerciantes que quiebran, ni con busca-vidas á caza de
pleitos, ni con borrachínes, ni siquiera con gente grosera, pues allí al tipo
que blasfemia ó se expresa en términos inconvenientes en público se le mete en
chirona y durante veinte y cuatro horas se le reduce á pan á agua, habita el
vecindario más risueño y más amante de diversiones que haya en toda la Unión."
Artículo publicado por Juan Buscón en la sección “Busca, buscando” de “La
Vanguardia” del 4 de Mayo de 1904
¿Sociedad perfecta? ¿Qué opináis?
5 comentarios:
Feliz fin de semana.
Un saludo.
Bueno mi reina linda!!...estoy de acuerdo me parece un modelo de ciudad o pueblo a imitar....donde la gente respeta y es respetada,la delincuencia no existe, donde nadie quiere aprovecharse de nadie,..... eso es una verdadera comunidad! a simple vista es perfecta esa ciudad...pero permiteme tener mis dudas!!...algo debe de tener!...recuerda lo perfecto no existe...!sólo Dios!
Cariño no es que te contradiga...pero creo que puedo tener mis dudas no crees!!!es lindo lugar no lo dudo pero......
Perdona mi reina!!no me despedí, que tengas un bello fin de semana....besitos para ti....
Puede que sea una sociedad perfecta para la gente tranquila. En cambio, para los inquietos puede llegar a ser una pesadilla.
Soy mas de la opinion de que sería una pesadilla de ciudad. un bar donde no puedes tomarte una segunda copa??? Ni aperitivos?? Debería de llamarse Villa Flanders... Aburridisima. Lo de los comerciantes honrados, esta bien, pero en la vida tiene que haber de todo, bueno y malo. Si no tenemos gente mala, no se pareciaria a la gente buena
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